LAS REGLAS NO ESCRITAS DE LA LOCUCIÓN PUBLICITARIA
¿Qué quiere un creativo de un locutor? He ahí la cuestión. La locución publicitaria tiene sus propias reglas y conocerlas te evitará más de un disgusto. Si quieres trabajar en publicidad, en LA HABITACIÓN CON UNA CAMA te mostramos cómo ganar puntos con los creativos. ¿Por qué? Porque son ellos quienes elegirán vuestras voces y harán de intermediarios con los clientes. Los alumnos de nuestra escuela de locución y doblaje en Asturias lo tienen muy claro gracias a Gonzalo Urbez, director creativo y jurado del Festival Internacional de Creatividad de Cannes, quien les mostró la realidad de esta profesión. Si tú también quieres conocerla, ¡sigue leyendo!
El primer punto de la psicología de la locución publicitaria consiste en analizar qué tipo de creativo tenemos delante y saber cómo actuar con cada uno de ellos. Para Gonzalo Urbez existen tres tipos de creativos:
“En primer lugar tenemos al ‘super creativo’ , que se cree Scorsese, y que ve al locutor como un simple proveedor y no le permite cambiar nada del texto. En este caso, el locutor debe ajustarse a lo que está escrito. Por otra parte, está el creativo jovencito que llega a la grabación con miedo, perdido y con muchas indicaciones de su jefe. A este tipo de creativo hay que ofrecerle todas las opciones posibles para que él tenga mucha variedad donde escoger y se vaya tranquilo. Y, por último, encontramos al creativo normal, que es consciente de que lo mejor es hacer equipo con el locutor, que es el que sabe locutar, y así conseguir que la creatividad gane”, explicó Urbez durante el taller ‘Ponte a prueba como locutor’ que impartió en nuestra escuela de locución y doblaje en Asturias.
Una vez que tenemos claro cuál es la psicología del creativo y hemos confirmado que no estamos ante el modelo Scorsese, toca ponerse a trabajar. Sigue estas reglas y te auguramos un largo y próspero futuro en la locución publicitaria.
Nunca locutes sólo lo que está escrito porque la publicidad no puede quedar leída. ¿Cómo lo evitamos? Pues cambiando el ritmo de las frases, destacando determinadas palabras, empleando silencios sonoros (suspiros, respiraciones..) y metiendo alguna ‘caquita’ o ‘mierdecilla’. Para los no familiarizados con este argot escatológico de la locución publicitaria, nos referimos a muletillas o palabras que hagan el texto más natural y más creíble, por ejemplo un “ehm” “mmm” o “quizá”. “Si un locutor me da algo así, yo gano porque no me lo esperaba”, resaltó Urbez.
Y este tipo de creativos también considera un regalo cuando un locutor hace propuestas y les pregunta: “¿te importa si te lo repito?” o “¿puedo hacer yo una versión a ver qué te parece? Y si no, luego la borras”. “Con estas frases me demuestra que está implicado en el trabajo y yo no tengo que insistirle, incluso puede que me dé una versión que yo no tenía en mente y me guste mucho más”, reconoce Urbez. Aunque eso sí, una cosa es preguntar y otra insistir demasiado si te dicen que les vale como está. Ante todo, PSI–CO–LO-GÍ-A.
Algo que también te agradecerán es que muestres tranquilidad. Si tú trasmites seguridad y profesionalidad (aunque por dentro estés como un flan) ellos creerán más en ti y en el resultado final.
Y ten por seguro que nadie convoca a alguien que le cae mal. Los locutores ‘sobrados’, los que van de ‘estrellita’ y los que llegan tarde, no molan. Ser buen locutor es tan importante como tener una buena actitud y saber cómo comportarse en los estudios de grabación. ¿Cuántas veces habremos repetido esto en nuestra escuela de locución y doblaje en Asturias?
Casi tantas como la importancia de tener buenas demos de voz, porque sin ellas, para un creativo no existiremos; por tanto, nunca elegirá nuestra voz ni nos convocará a una grabación y jamás podremos aplicar todo lo que hemos aprendido en este post. Y sería una pena, ¿verdad?