LA DIETA, LA HIGIENE Y HASTA LA HORA DEL DÍA INFLUYEN EN LA SALIVA. TE CONTAMOS QUÉ HACER PARA QUE DESAPAREZCA DE TUS LOCUCIONES
Preguntadle a un técnico de sonido cuál es el ruidito más molesto que debe escuchar a diario. Sin apenas dudarlo, os responderá que esas “babillas” que se cuelan en las grabaciones de los locutores. Chasquidos, saliva, respiraciones… nada pasa desapercibido para su súper oído, entrenado para que un trabajo quede perfecto. ¿Y por qué vamos a hacer sufrir a nuestros queridos técnicos si podemos evitarlo? En la escuela de doblaje y locución de Asturias somos tan solidarios que hemos preparado este post con truquillos para mantener nuestra saliva fuera del micro. ¡No dejemos que nuestras babas nos estropeen una buena locución!
Empecemos con uno sobre nuestra dieta. Ya sabéis que todo lo que comemos influye en nuestra voz, ¿verdad? Pues antes de grabar, despedíos de las bebidas carbonatadas, alcohólicas y de tomar azúcar, ya que nos hacen salivar en exceso. Tampoco son recomendables los productos lácteos porque aumentan la mucosidad, una mala noticia para los adictos al trabajo bañado en café con leche. Nuestra locutora y profe, Elena Silva, lo sabe muy bien porque ha tenido que sustituir estas tazas por las de té. El café solo también es una buena opción para mantenernos despejados sin influir en nuestro trabajo.
¿Y cuáles son los alimentos que mantienen a raya las babas? No hay nada mejor que comer una manzana verde y beber mucha agua. Serán vuestras mejores aliadas.
Algo que podéis hacer y que viene muy bien es dar un pequeño trago de agua y recorrerlo por todas las partes de la boca. Pasarlo por la parte superior e inferior, por delante y por detrás de los dientes, por los lados y finalmente tragarlo, ¡como si os estuvierais enjuagando!
Por supuesto, una buena higiene bucodental es fundamental. Haced de vuestro cepillo de dientes un compañero inseparable. Nunca sabemos cuándo picaremos entre horas y necesitaremos de sus servicios.
Y como dato curioso, ¿sabíais que la mayor cantidad de saliva se produce durante las últimas horas de la tarde? Por lo que, siempre que podamos, deberíamos grabar en otro momento del día.
Si tras tomar todas estas precauciones aún hay “babillas” en nuestras locuciones, ya sólo nos queda recurrir a la magia de los genios del sonido. Los programas de edición permiten eliminar con facilidad aquellas que están antes o después de la palabra, ya que no llegan a ensuciar el sonido. La cosa se complica con las que se sitúan entre las sílabas o palabras, aunque son fáciles de detectar para un técnico con experiencia; eliminarlas ya requiere de un preciso trabajo de cirugía.
Y nos quedan las más rebeldes. Aquellas que suenan sobre una palabra o un gesto. “Son complicadas de localizar y eliminar, ya que al borrar una saliva también estarás borrando un pequeñísimo fragmento del texto locutado. En este caso debemos respetar los ciclos de la forma de onda del sonido y aplicar fundidos entrelazados cuando sea necesario”, nos explica Mario Viñuela, técnico de nuestro estudio y escuela de doblaje y locución en Asturias.
Eso sí, no podemos acostumbrarnos a que siempre nos retoquen nuestro trabajo, sobre todo si somos locutores online.
“Siempre es mejor entregar un audio sin salivas al estudio de posproducción, para que empleen el tiempo en lo que tienen que hacer, que es masterizar el sonido, no limpiar los ruiditos de origen. Eso demostrará la profesionalidad del locutor. Digamos que una locución con saliva es como una fotografía realizada con la óptica sucia. Se puede corregir en Photoshop, pero se acaba antes limpiando la lente antes de fotografiar.”
En LA HABITACIÓN CON UNA CAMA no podemos estar más de acuerdo con las palabras de Viñuela. De hecho, en esta profesión no sólo se tiene en cuenta que seamos buenos profesionales, sino que lo seamos en los tiempos de producción que se exigen. Ya sabéis que el tiempo es dinero.
Resumiendo: A mayor número de babas, más tiempo de producción, más inversión y menos trabajo en el futuro para ese locutor. ¿Capisci? Pues ya sabéis, ¡todos a comer manzanas!